Es muy frecuente que los padres sepan que su hijo es atópico antes incluso de acudir a la consulta del dermatólogo debido a que es una enfermedad común entre los bebés y los niños y es fácilmente reconocible.  También hay casos en los adultos, siendo en éstos más grave y resistente a los tratamientos disponibles. Vamos a comentar las dudas que puedan surgir cuando hablamos de la dermatitis atópica.

¿Qué es la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica es la enfermedad crónica inflamatoria más común de la piel que produce lesiones cutáneas en la región facial y el cuerpo de bebés, niños y adultos.  Se ha comprobado que en áreas rurales y en familias con bajos ingresos económicos la prevalencia es menor que en el medio urbano, esto ha sido motivo de discusión ya que existe la hipótesis de que una mayor higiene durante la infancia y por tanto una menor exposición a agentes infecciosos puede aumentar la susceptibilidad a enfermedades alérgicas. También influyen otros factores que explicaremos más adelante.

¿A quienes afecta?

La prevalencia de esta enfermedad se sitúa en torno al 10-30% de los bebés y niños y entre el 2-10% de los adultos, con un aumento considerable comparado con hace 30 años.

¿Cuál es su causa?

En los pacientes con dermatitis atópica existe un daño en las proteínas encargadas de mantener íntegra la estructura de la piel y como consecuencia de ello se produce un desequilibrio en una de sus principales funciones que es el mecanismo de protección y de barrera que ejerce ante infecciones, agentes irritantes, condiciones ambientales, etc.  La causa exacta por la que se produce este mecanismo no es bien conocida, pero sí se sabe que existen una serie de factores predisponentes como son:

  • Factores genéticos: existe una base genética común que relaciona la dermatitis atópica con mayor susceptibilidad a padecer procesos asmáticos y rinoconjuntivitis alérgica.
  • Factores ambientales: las zonas geográficas con mayor sequedad y bajas temperaturas, así como la contaminación ambiental, provocan una mayor predisposición a padecer la enfermedad.

¿Cuál es el curso de la enfermedad y qué síntomas produce?

La enfermedad cursa en brotes y no existe una cura como tal, si bien con el tiempo tienden a espaciarse esos brotes hasta que llega un momento en que la dermatitis se estabiliza. Sin embargo, cuando la enfermedad afecta a adultos el curso es más insidioso.

Las lesiones inflamatorias cutáneas se distribuyen de forma característica en:

  • pliegues (parte anterior de codos y detrás de las rodillas)
  • mejillas
  • espalda
  • abdomen.

Su morfología consistente en:

  • placas rojas y descamativas
  • costras
  • excoriaciones
  • áreas blanquecinas o hipopigmentadas

El síntoma fundamental es el intenso picor que produce las lesiones.

¿Qué se puede hacer para evitarla?

Debemos evitar estos factores en la medida de lo posible:

Factores agravantes:

  • Sustancias alérgicas (polen, ácaros…)
  • Exceso de sudoración
  • Lana y ropas gruesas
  • Tabaco
  • Estrés
  • Sequedad cutánea
  • Baños prolongados

¿Qué tipos hay?

Según la edad de afectación en la que ocurre la enfermedad, se puede clasificar en:

  • Dermatitis atópica del lactante: aparece en los bebés durante los primeros meses de vida. Principalmente afecta a la cara y pliegues cutáneos. El intenso picor provoca que el lactante esté continuamente irritado.
  • Dermatitis atópica infantil: suele comenzar en niños sobre los dos años de edad y perdurar hasta la pubertad. Los codos y las rodillas suelen estar afectados. Las costras en zonas accesibles debido al rascado son muy típicas.
  • Dermatitis atópica del adulto: ocurre pasada la etapa de la pubertad y se observa como las zonas de piel afectadas debido a la continua inflamación, se engrosan dando lugar a placas blanquecinas brillantes de tacto áspero con excoriaciones superficiales.

¿Cómo se diagnostica?

La distribución típica de las lesiones y el intenso picor que se produce hace que el diagnóstico sea fundamentalmente clínico. Es necesaria una buena historia médica con antecedentes familiares y personales de procesos alérgicos y enfermedades de la piel.

¿Tiene tratamiento?

Existen medicamentos tópicos como son los corticoides fundamentalmente que junto a las cremas emolientes ayudan a mitigar el brote sin embargo no existe una cura como tal. En casos resistentes al tratamiento tópico, es necesario recurrir a fármacos orales, que suele ser la norma en pacientes adultos afectados por la enfermedad.

En resumen…

La dermatitis atópica es la enfermedad cutánea inflamatoria crónica más común que afecta tanto a niños como a adultos, siendo en éstos de mayor gravedad y más resistente a tratamientos, y cuyos factores agravantes podemos intentar paliar mediante cuidados básicos de la piel (hidratación diaria, uso de ropas de algodón, evitar el exceso de sudoración…).

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