10 errores que cometes en tu rutina facial

Consejos para el cuidado de la piel hay muchos, pero en general todos apuntan en la misma dirección. Si preguntas a tu especialista dermatólogo y buscas y rebuscas por internet, los expertos en la materia suelen coincidir en señalar una serie de errores típicos que cometemos al limpiar y tratar nuestro rostro. Hemos seleccionado para ti los 10 que más se citan. ¡Acaba con ellos!

1 Qué difícil es ser constante con el cuidado del rostro

Es que en este apartado hay ciertos matices y son muy exigentes con el ritmo de vida que llevamos. Para empezar, hay un consenso generalizado en que tienes que lavarte la cara dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche. Probablemente, esas dos franjas horarias sean la base desde donde empieza a tambalearse nuestra constancia. A primera hora del día tenemos prisa por salir a cumplir con nuestras obligaciones y, por la noche, nos morimos de ganas de ir a la cama. Sin embargo, los expertos nos piden que hagamos el cuidado facial con calma, método y mimo. Tómate tu tiempo y tendrás más posibilidades de hacerlo bien. En unos pocos días, ya habrás adquirido un hábito sólido. ¡No vale solo con agua!

2 El orden en tu rutina es importante

Cuidar de tu rostro exige seguir unos pasos determinados. Ya lo sabes del punto anterior, hay que tener paciencia y seguir el método. El orden correcto es el siguiente:

  • Limpieza: es el momento de acabar con las impurezas del rostro acumuladas durante la noche o después de un largo día. Así te deshaces del maquillaje o incluso exfolias las células muertas. De cualquier forma, es el primer paso del proceso.
  • Hidratación: una vez que tu piel está limpia, necesita tu ayuda para recuperar su vitalidad, rejuvenecerla y activarla. En esta fase entran en juego no solo las cremas hidratantes, también los contornos de ojos y las ampollas de  vitamina C.
  • Fotoprotección: vale, para ir a la cama por la noche no es necesario, pero recuerda que la protección solar es imprescindible hasta en invierno.

3 El cuidado de tu rostro empieza por las manos

lava bien tus manos antes de empezar tu rutina facial

¿Perdona? Pues así es, uno de los errores más frecuentes que se señalan al hablar de la rutina facial es que no nos lavamos las manos antes de lavarnos la cara. Puedes pensar que al frotarte la cara con agua y un limpiador, ya estás limpiando tanto el rostro como las manos, pero no funciona así. Al contrario, la suciedad de tus manos puede pasar a la piel de tus mejillas, labios, párpados… Recuerda, hay que hacer el proceso con mimo.

4 No empleas el producto que necesitas

Debes conocer tu piel para poder elegir el producto que mejor te puede funcionar en tu rutina facial. Para eso es muy importante consultar antes con tu dermatólogo, por si tienes algún tipo de problema cutáneo que requiera de soluciones médicas. Si no es así, dependiendo de factores como si tu piel es grasa o más o menos seca o, por supuesto, de tu edad, deberás elegir los tratamientos cosméticos más adecuados para ti. Por ejemplo, un contorno de ojos puede ser inevitable a partir de ciertos años, pero también si eres joven y tus párpados muestran síntomas de fatiga. Por otro lado, un limpiador apropiado para ti no debe dejar restos de suciedad o maquillaje, pero tampoco llevarse por delante los aceites naturales de tu piel. Recuerda, si no usas gel de baño para lavarte el pelo, ¿por qué no empleas un limpiador específico para tu cara?

5 Usas mal el exfoliante

La exfoliación es una medida muy útil para eliminar las células muertas de tu rostro. Su efecto hace que tu piel esté suave y adquiera un color de aspecto muy saludable. Los expertos en consejos para la rutina facial correcta están de acuerdo en que es ineludible, pero no puedes dejar que este poderoso recurso se te vaya de las manos. Estas son algunas claves para hacer una buena exfoliación:

  • Conoce tu tipo de piel: las pieles grasas pueden admitir/necesitar más sesiones de exfoliación que las secas y, por supuesto, las sensibles. Tu especialista puede ayudarte si no lo tienes claro.
  • Frecuencia: la mayoría coincide en que un mínimo de una exfoliación por semana y un máximo de dos sería lo ideal. Estos tiempos podrían llegar a espaciarse más, dependiendo de tu piel.
  • Tipos de exfoliantes: ten cuidado con la agresividad del producto que empleas.

6 Abusas de las toallitas desmaquillantes

Parecen el atajo más obvio para limpiar el rostro, pero, como todos los atajos, pueden ser peligrosas. Sobre todo porque secan la piel y no eliminan la suciedad de tu cara como es debido. Empléalas para eliminar el maquillaje y, a continuación, aplica una crema limpiadora específica. De esa forma conseguirás una limpieza profunda de tus poros y dejarás tu piel a punto para la fase de hidratación.

7 Cuidado con el agua

El agua en tu rutina facial es imprescindible. Ya hemos hablado de que, para empezar, deberás lavarte las manos con agua y jabón, pero es que luego tendrás que mojar y aclarar tu rostro en ciertos momentos de tu rutina. El peligro se encuentra en los extremos:

  • El agua muy caliente: elimina los aceites naturales protectores de tu piel y puede resecarla.
  • El agua muy fría: puede disminuir el efecto de la limpieza.

8 No aplicas los productos correctamente

Como ves, dejarse llevar por las prisas y no seguir un método cuidadoso en tu rutina facial está detrás de la mayoría de los errores que señalan los expertos. El ansia por querer terminar pronto —o incluso el deseo de aplacar un problema rápido— nos puede llevar a no conseguir resultados. ¡Y no solo eso!, también a hacer interminable la búsqueda de productos adecuados y a gastar más dinero de lo necesario.

  • Asegúrate de aplicar la cantidad especificada por el fabricante. ¡No te pases!
  • Aplícalo de la forma que se explica en el prospecto.
  • Retíralo de tu rostro adecuadamente…, si es que debes retirarlo.

9 No hidratas tu rostro como es debido

La hidratación es la segunda fase de tu rutina. Hay quienes directamente se saltan este paso. Sin embargo, todos los tipos de pieles van a necesitar hidratación, incluso si tienes granitos o acné. La clave, de nuevo, es encontrar el producto que mejor se adapte a tus características. Además, recuerda que es importante aplicar la hidratación justo después de la limpieza y con la cara húmeda, no esperes demasiado.

10 Quieres usar demasiados productos a la vez

El exceso de tratamientos skin care en nuestra rutina puede llevarnos a fracasar en nuestro método, con toda la dedicación que le estamos poniendo. En este aspecto, la clave es la información, el conocimiento de tu piel y de los activos que necesitas.

¿Qué activos pueden ayudarte en tu rutina facial?

La vitamina C es importante en tu rutina facial

Una vez que tienes asumidos los errores que estás cometiendo, es el momento de seguir el método apropiado para ti. Pero recuerda, siempre consistirá en una fase de limpieza, otra de hidratación y, por el día, de protección frente al sol.

Con todo esto claro,  el Contorno de ojos con vitamina C es una buena opción para desinflamar los párpados y atenuar las ojeras;  la vitamina C, la cafeína y el bisabolol aportarán  luminosidad a tu mirada.

Como hidratación para todo tipo de piel  recomendamos la Crema de día con Vitamina C antioxidante y activo antipolución. Lleva además FPS 30  para proteger la piel de la radiación solar.

Si tienes una piel madura, con poca vitalidad o seca, la Crema Facial Antiedad Rosa Mosqueta te ayudará a hidratar tu cara, especialmente contribuirá a mejorar su elasticidad y firmeza, gracias al ácido hialurónico, el colágeno y la rosa mosqueta.

 

Justo antes de la hidratación, las Ampollas Vitamina C Activa te ayudarán a reafirmar y revitalizar la piel del rostro, atenuando las arrugas. Además, el efecto de la vitamina C es útil para completar la fase de fotoprotección, puesto que modula la producción de melanina y ayuda a combatir el fotoenvejecimiento.

¡Sigue tu método, con constancia y mimo!

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